Para deslizarse, primero hay que trepar…
El tobogán es un elemento de la zona de juegos que nunca pasa de moda y que forma parte del universo de los niños.
El acceso a él puede adoptar distintas formas en función de la edad de los usuarios: peldaños amplios con una base estable para los más pequeños o escalera para los más grandes.
Las formas de las plataformas deslizantes también varían pero, ya sean rectas u onduladas, curvas o helicoidales, el placer de deslizarse, de sentir la altura, de descubrir el sentido de la gravedad y de vencer el vértigo sigue siendo el mismo. El tobogán también enseña a los niños a esperar su turno, a ocupar un lugar en la fila, a ayudar a un compañero más pequeño o con más dificultad…