¡Superar todos los desafíos, de principio a fin!
Los circuitos permiten encadenar una serie de movimientos y posturas que ayudan a los niños a desarrollar sus habilidades motrices: atravesar una viga, avanzar por elementos inestables, escalar, arrastrarse, se suspenderse… Así, los niños aprenden a gestionar su cuerpo en el espacio, adquieren una mejor coordinación de movimiento y desarrollan sus capacidades de concentración.
Los circuitos ofrecen también distintos niveles de dificultad que favorecen la toma de riesgos y la superación personal.